Ese día me impactó hacer frente a la realidad. Ehsan nos hizo entender con su charla, que cada vez que compramos un producto hecho con el sudor, lágrimas y esclavitud de los más necesitados, (en su mayoría niños y mujeres), contribuimos a que otros muchos más caigan en el engaño de convertirse en esclavos, por un euro al día.
