Una de las voces más fuertes en contra de la explotación infantil, Ehsan Ullah Kan ha estado en Murcia para dar a conocer el drama de muchos niños que son explotados laboralmente y están sometidos al control de las mafias en paises de Asia, África y latinoamérica.
Su testimonio está unido al de Iqbal Masih, un chico pakistaní, cristiano, que a los 4 años fue entregado por sus padres a los dueños de una fábrica de alfombras a cambio de un préstamo para la boda del hijo mayor. Como cuenta Esan, el chico vivió encadenado trabajando más de 12 horas al día, hasta que consigue huir y le conoce. A partir de ese momento, con su ayuda, se dedica a denunciar la situación de esclavitud que seguían viviendo muchos otros niños.
La voz de Iqbal fue apagada al cumplir 12 años pero su mensaje ha llegado a nuestros días. Hemos querido conocer su historia de la mano de Ehsan, la persona que le acogió y le ayudó a luchar por los derechos de los niños.